sábado, 5 de mayo de 2007

Agarrame de la mano y sacame de acá,

pero agarrame bien fuerte y vámonos lejos. Empecemos de nuevo esta historia que todavía no empezó. Olvidémonos de este arrebato de hoy y conquistémonos. Enamorame hasta que no pueda hacer otra cosa que buscarte -a vos, no a tu cuerpo-. Mostrame tu forma de querer. Descubrí la mía. Y no me preguntes nada más por ahora. No busques entenderme porque ni yo misma me entiendo. Sacame de acá, dale..., le dije al oído. Me miró por el espejo, sonrió, me dio vuelta muy despacio y me abrazó muy fuerte. Y susurró ...no sé si sé cómo se hace, lo estuve intentando todo este tiempo.
Al rato nos vestimos sin hablar. Agarramos nuestras cosas y antes de abrir la puerta extendió su mano. Apoyé mi palma en la suya y entonces sus dedos envolvieron y sujetaron fuerte toda mi mano.
Salimos y era un día gris, lloviznaba. Igual caminamos muchas cuadras. No sé cuántas. Muchas. Primero en silencio, después, de a poco, empezamos a hablar de cosas sin importancia, de cosas casuales, intrascendentes, verdaderas. Y nos reímos, mucho. Varias veces me encontré mirándolo de reojo, redescubriéndolo en los gestos que durante tanto tiempo me fueron imperceptibles, pero que en ese momento podía reconocer como propios de él. Su forma de tocarse la nariz al reír, o esa ceja apenas levantada mientras me escuchaba con atención... Gestos bien de Rafa. Del mismo Rafa al que veo, desde hace más de un año, tres veces por semana en la oficina y por el que hasta ahora nunca me había sentido atraída. Todo era muy extraño y hasta por momentos parecía irreal. Pero el tiempo que duró la caminata me olvidé de aquel espejo, de mi angustia y de la lluvia.
Cuando llegamos a la puerta de casa no supe bien qué hacer aunque sin pensarlo mucho más le ofrecí subir. No, nena...andá, ya va a haber tiempo..., y me dio un beso tan dulce y sensual que deseé que no terminara nunca.

Ya pasaron dos semanas. Hoy tengo que entregar los papeles de la beca y me tomé una licencia para escribir hasta terminar. Todos estos días me la pasé definiendo objetivos y proponiendo nuevos recortes de estudio para las plantas de siempre. Paz dice que me fugué de todo y me refugié en los papeles. Puede ser, pero no me quedaba otra.
En todos estos días Mauro no llamó, Rafa tampoco.
Yo pensé en los dos.

9 comentarios:

Sr. Nadie dijo...

¿Es posible no enamorarse de un compañero/a de trabajo? Digo, uno ve a esta persona todos los días, pasa más tiempo con ella que con nadie más (incluyo una pareja), supongamos que nos cae bien, terminamos compartiendo confidencias en el almuerzo...eso sí, llegado el caso, uno de los dos tendría que cambiar de trabajo (para que dure).
Vamos Rafa.

betina dijo...

y diga que no siempre es enamoramiento devenido en amor duradero, y hay de todo (fantasías sin concretar, compañeros con encuentros clandestinos de vez en cuando, jueguitos que no llegan a concretar nada, eternos amantes ocultos, represión al punto de la indiferencia...) si no, imagínese un ciclo como éste: enamoramiento de un compañero/a de trabajo, abandono de "pareja actual" para convertir al compañero/a en "pareja actual"...cambio de trabajo para que dure... nuevos compañeros/as de trabajo... enamoramiento de alguno/a de ellos/as... vuelta a cambiar de pareja y de trabajo... y así... y así.... noooooo!
(me parece a mí o usted siempre le puso una ficha a Rafa?)

Hipotermia dijo...

Ja ja, qué buen círculo vicioso. Lo único que ayuda a que no caigamos iremediablemente en el es que las oficinas son tan des- erotizantes.
Espero que llame Mauro. A ver como se entienden.
Paz, una grosa.
Los papeles siempre son un refugio.
Folletín cachondo, envicia.

Anónimo dijo...

¡Las oficinas dan para todo!!! Yo siempre pienso si tuvieramos forma de ver el mas allá de lo que muestra cada uno... flor de sorpresa nos llevaríamos seguro!

HOy me metí después de algunos días de no entrar y me alegró encontrar un nuevo capítulo. Me gusta como siguio la historia!!

Saluds!

betina dijo...

bueno, parece que hay oficinas y oficinas!

la historia sigue, y parte (inevitablemente) se dará en ese ámbito, así que... veremos de qué estilo es la de la Flaca.

gracias a las dos por los comentarios, siempre, siempre hacen bien.

toi, anais dijo...

Me encanta. Verdaderamente me encanta cómo escribís y el tono y el ritmo que tomaron tus malentendidos...

Nos estamos leyendo, si es que me decido a volver permanente mi sarta de borradores.

betina dijo...

toi,...
uff, que tema ese de mostrar los "borradores" (cuándo dejan de serlo?)
dale, nos leemos.

Anónimo dijo...

señor k,
yo no creo que la flaca se haya enamorado, no todavía al menos. Bien por ella, eso sí, que se dejó llevar...Quiero ver (leer) hasta dónde llega.

hipotermia querida,lamento disentir con usted pero me parece que las oficinas pueden levantar buena temperatura. Hay algo de lo prohibido en ellas.

Ahora, este Rafa si no llama solo logrará armar otro malentendido. Esperemos que no busque (z)afar y comience a flirtear.
Demasiada curiosidad. Más, más necesitamos más, beti, de esta atrapante novela sentimental

betina dijo...

flor, querida, si bien no podría ni darte la razón ni contradecirte (no sólo porque creo que perdería la gracia si adelantara en los comentarios lo creo que le pasará a la flaca, o al rafa... sino porque ni yo misma puedo saberlo de antemano), sí puedo decirte que en general tu mirada tiene matices en los que veo reflejados algo de los míos, y este caso no es la excepción...

lo prohibido, todo un tema. atrapante. mucho más de lo que pueda llegar a transmitir este malentendido, sin dudas.
pero gracias, me halaga que esta humilde ficción por entregas te resulte atrapante.
está bueno que nos encontremos también por acá, entonces.