sábado, 26 de mayo de 2007

No volví.

Caminé sin parar toda la tarde. Ni sé por dónde estuve, ni como llegué hasta ahí. Abrí el celular: estoy cerca de tu casa, ¿estás?
Ví la silueta de Rafa ya en la puerta y recién cuando lo tuve cerca, pude llorar. Tal vez antes no pude por miedo a no parar nunca más. Me abrazó en silencio, me sostuvo fuerte, me dejé sostener por sus brazos y lloré. Sentí vaciarme de lágrimas ahí mismo, contra su pecho y él, paciente, esperó. Cuando empecé a tranquilizarme oí su voz que me decía al oído ¿querés contarme, o mejor no?
Mejor no
, balbuceé.
Entonces otra vez sus dedos rodearon toda mi mano y apretó su palma contra la mía con fuerza. Empezó a caminar por el pasillo, por la escalera, guiándome despacio hasta llegar a la puerta del departamento 4. Acá vivo yo, bienvenida, me dijo mientras hacía un gesto de reverencia invitándome a pasar.
Después de ofrecerme un vaso de agua, de miles pedidos de disculpas y de miles de sonrisas ante cada pedido, después de dejar definitivamente claro que era mejor no hablar de lo que me había pasado esa tarde, él se puso a despejar un poco de cosas así tenemos por lo menos donde sentarnos y yo, en silencio, a ayudarlo. Y cuando ya estuvimos un rato largo como si jugáramos a las escondidas, merodeando por todo el ambiente que es su departamento, uno y otro por distintos rincones, se acercó, me agarró de la cintura dejándome de espaldas a él y me dijo: ¿te quedás un rato más?: fideos con salsa de hongos, un vinito rico, una película y un chocolate con almendras de postre…¿querés?
Asentí con la cabeza y nos pusimos a cocinar. Los fideos estuvieron riquísimos, el vino ayudó a devolverme sonrisas veraderas, la película fue La lección de piano y el chocolate acompañó cada escena. La vimos juntos por primera vez, aunque cada uno ya la había visto antes. La disfrutamos en silencio, atentos, apenas rozándonos las manos por momentos, y en otros dejándonos librados a las ganas de hacer de cuenta que estábamos ahí porque no podía haber otra posibilidad que ésa: estar juntos.
Durante la película lloré otra vez. Lloré por ella y lloré por mí. Pero esta vez no tuve miedo de vaciarme en el llanto.

Cuando terminó, despegué la cabeza del huequito de su pecho y le pedí que llamara un taxi. Sí, mejor me voy, me hiciste demasiado bien esta noche y no vaya a ser que me acostumbre. Sonreímos.
Cuando llegamos a la puerta de calle me dio vuelta y me besó. Reconocí el gusto que me había dejado ese último beso en la puerta de mi casa y disfruté el reencuentro. Y en ese instante que duró su beso el cuerpo entero -que creí disecado por completo un rato antes- se me humedeció, por dentro y por fuera. Fue como recuperar hasta el último mililitro de líquido perdido en las lágrimas lloradas horas atrás sólo con un beso. Con su beso.

Hace rato que estoy sola en casa y no puedo sacarme algunas escenas de la cabeza. Y mientras las repienso y las revivo no puedo dejar de preguntarme: ¿será que hay hombres que no pueden hacer otra cosa que mutilarnos, mientras que otros están hechos para desearnos deseantes?, ¿son tan hombres unos como otros?, ¿cómo es posible diferenciarlos?
Y yo... ¿qué clase de hombres elijo yo?




16 comentarios:

betina dijo...

(las imágenes de la película, la voz de Cat Power)

Hipotermia dijo...

uf, que excelente combinación ..., qué mujeres ..! y digo, qué mierda hacen acá los hombres, ja!
me devoré el capítulo. grosa betina, tus personajes no nos dejan bajar la guardia ni cuando miran una peli.
besos.

Sr. Nadie dijo...

Le cuento que me puse al día, y miré los tres últimos capítulos de su novela (una especie de mini-maratón de Malentendido).
Vamos a ver cómo le va a "mi pollo"...no está tan fácil como parece, la cosa.
Saludos, abríguese.

ojo rojo dijo...

Mirá flaca, como dijo GGMarquez,
en una frase que parece cursi pero que se le ocurrió a él y no a otro,"ninguna persona merece tus lágrimas, y quien las merezca no te hará llorar". No sé si esto te va a ayudar pero por lo menos espero que te sirva para no seguir ensuciando tantos pañuelos.

ojo rojo dijo...

una cosita que yo ando queriendo saber: ¿cómo se llevaban la flaca y mauro en sus últimos días? porque no tenemos que descartar que además del dolor inmenso a lo mejor también hay un poco de herida narcisista, digo, ¿no?. Todo esto, imaginan, es porque quiero que se olvide del maula de mauro y se dedique a reir con rafa.

el ojo curioso que quiere otro capítulo pronto, prontísimo

betina dijo...

hipo,
sí, cuando encontré la combinación de estas mujeres me mató. y eso que la música original de la peli es increíble. (la escuchaste?)

k,
se ve que se le pegó la moda (vio que ahora las maratones están con todo en los canales de cable).
acá las mujeres le apuestan bien a "su pollo"... pero bueno, si ud. que es hombre dice que no está tan fácil, habrá que tenerlo en cuenta.
saludos, con bufanda y guantes (que no alcanzaron para nada hoy)

curiosojorojo,
no conocía esa frase de GGM, pero ya mismo la anoto para pasársela a la flaca (y me la guardo pa´mí también)
lo de los últimos días... qué decirte, viste que ya Paz algo le dice... parece que no venían muy "amables" en los últimos tiempos. (pero que esta flaca viene golpeada, y no es de ahora, no caben dudas)


gracias por los lindos comentarios, y copio a hipo en otro "glog": me gusta tanto (escribir)leer las entradas como los comentarios que se suman, me dan cosita linda.

Gabriel Perez Mardones dijo...

Betina...
Ahora que retomo el mal-entendido después de viajar por innumerables lugares y personajes con vista a la pantalla del computador, me sorprendo gratamente con esta historia que atrapa...
Debo confesar que me alegra leer estos pasajes que van cambiando a medida que avanza la historia; Mauro, la Flaca, la oficina...
Los encuentros, el desamor, el café y los devaneos por los que nos conduce la vida...
Y a la vez me provocan nostalgia esas calles y una profunda admiración por el relato...
La reciprocidad, un comentario, son sin duda elementos para tomar en cuenta, no...
Un beso...
Gabriel...

Gabriel Perez Mardones dijo...

Betina...
Se me olvidaba...
Agradezco el link a Retrato Hablado...
Pronto estará al aire la muestra en su totalidad y por cierto, iniciaré gestiones para llevarla a Buenos Aires...
Un beso...
Gabriel...

betina dijo...

gabriel,
la verdad es que esto del listado de links me dio vuelta por la cabeza largo rato. porque de hecho siempre leo y me meto a pispear por muchos más blogs o sitios que me gustan y convocan a volver. pero me pareció bueno poner acá los que se fueron acercando al mío y con los que intercambiamos comentarios, así que, retrato tenía que estar!
(ya me contarás la idea de la muestra en baires, no?)

Anónimo dijo...

Me quedan rebotando en la cabeza las preguntas de la Flaca.
Y yo me pregunto lo mismo que ella.
Saludos,
Tati

Hipotermia dijo...

Betina, es díficil lo de los links. Gracias por incluirme. Entré a retrato hablado y me pareció excelente.
No escuché la música de la lección de piano, pero voy a ir al agujerito y ya me la pido. Vos sos una muy buena referente musical.

mirá lo que se me ocurrió (mi vibra poeta):
porque fumo, saludo con humo.

mejor me voy.

Anónimo dijo...

¡Qué química que tienen estos dos! Con respecto a tu pregunta, está en la naturaleza humana sentirse atraído hacia quien tiene el don de hacernos sufrir, de tenernos en vilo, de mantener la soga tirante. Eso tiene un gusto agridulce que nos alimenta. Nos pone más sensibles y por ende nos hace creer que lo que sentimos es más intenso.

Qué bueno sería sentirmos así con alguien bueno que pone a nuestro nombre todas las olas del mar... ¿o no?

betina dijo...

y yo también, anonimotati.

hipot,
la música es de michael nymann y es todo piano. ma-ra-vi-llo-samente bucólica, melancólica y todas las ólicas que se te ocurran.
(yo la tenía... y quién sabe quién se la quedó porque no la encuentro. si no, te la pasaba)

lucy,
tenés razón, hay algo de la propia naturaleza humana. pero, sabés? desde hace un buen tiempo que lucho para que eso que "nos hace creer que lo que sentimos es más intenso" deje de hacerme creer nada, e intento -no siempre lo logro- buscar menos soga tirante y más placer en el (aunque sea pequeño) encuentro menos doloroso.
serán los años...
(igual la flaca es más joven que yo)

Anónimo dijo...

Que clara la tenés!

betina dijo...

qué lástima que decís eso pero no firmás diciendo quién sos!

Anónimo dijo...

¿En qué andarás flaca?
Entré buscando respuesta, pero no.
Tu último día y su película...

Tengo una pena lejana,
¿En qué andarás flaca?